Las mipymes son un importante sector de la vida económica de un país por sus características generadoras de empleo y riqueza; así como, por los beneficios sociales consecuencia de su creación y desarrollo. Las mipymes no escapan a la realidad que caracteriza el tejido empresarial, pues existen en un entorno económico complejo y de rápida evolución en el que organizan y reorganizan continuamente sus estructuras legales, por lo que el universo empresarial se encuentra en un entorno de constante cambio.
Por su parte, las grandes empresas desempeñan un papel crucial en el tejido empresarial de cualquier país, y la República Dominicana no es una excepción. Su importancia no radica tanto en el número que representan, sino en su incidencia en la generación de empleos, su contribución al valor agregado y su resiliencia en tiempos de inestabilidad. A pesar de que las grandes empresas representan, en promedio, solo un 1.4% del total registrado de empresas, esta pequeña fracción es responsable del 48.8% del empleo formal.
Dinamismo de las mipymes
En términos de nacimientos, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) son las que tienen una mayor tasa, pues en promedio cuenta con una tasa de nacimiento de 11.7%, es decir, por cada 100 empresas activas, alrededor de 12 empresas operan por conceptos de nuevos nacimientos a la formalidad. Entre tanto que las grandes empresas, apenas cuentan con una tasa de 3.2%. Esto indica que la mayoría de las empresas que ingresan al directorio nacen siendo mipymes, y de estas su mayoría son microempresas.
La tasa de crecimiento neta de empresas formales es impulsada en gran medida por este sector, lo que convierte a las mipymes en las principales responsables del empleo formal que ingresa anualmente en el sector empresarial formal.
Resiliencia de las grandes empresas
Las grandes empresas suelen contar con una estructura organizativa más robusta, acceso a diversos recursos financieros, acceso a mejores tecnologías y prácticas de gestión. Estas características son en mayor parte las que las diferencian de las empresas de menor tamaño, y a su vez las que les permiten adaptarse de mejor forma a los cambios en el entorno económico, y esto se ve reflejado en una dinámica empresarial mucho más sólida.
La estabilidad de las empresas se visibiliza a través de los indicadores de supervivencia, o en su defecto de inactividad. En promedio, la tasa de supervivencia general de las grandes empresas es del 97.0%, entre tanto, que las mipymes presentan una tasa promedio de 92.4%. Al analizar la tasa de inactividad, las grandes empresas presentan un promedio de inactivad de 5.8% frente al 16.6% de las mipymes. Ambos indicadores, aunque con propósitos distintos, muestran una realidad: una mayor tendencia a la permanencia a través del tiempo de las grandes empresas.
Cuando analizamos eventos contrarios como es el caso de la tasa de mortalidad encontramos brechas parecidas, aunque menos pronunciadas, entre las mipymes y las grandes empresas. La tasa de mortalidad promedio de las grandes empresas es de 1.1%, mientras que para las mipymes es de 3.4%. Esto da muestras de que las grandes empresas tienden a tener un ciclo de vida más estable en comparación con las empresas de otros tamaños.
En conclusión, las mipymes actúan como el motor principal en la expansión del directorio de empresas formales y la creación de nuevos empleos a través de los nacimientos, lo que demuestra el gran dinamismo de este sector. Por otro lado, las grandes empresas tienen una mayor capacidad para mantener sus operaciones y adaptarse a los cambios del entorno económico a lo largo del tiempo, lo que las convierte en un soporte esencial de la economía de cualquier país.
Visualización seleccionada para artículo:
Tasas de natalidad, supervivencia, inactividad y mortalidad de las empresas formales mipymes y grandes, según año, 2016-2023
Alexa Chanel Martinez Guerrero, coordinadora del Departamento de Estadísticas Estructurales, Oficina Nacional de Estadística